enero 19, 2021

Hidromiel y Polonia: un poco de historia y algunos trucos sobre ¡qué hidromiel probar!

¿Cuál es la primera imagen que te viene a la cabeza, cuando ves la palabra hidromiel? ¿Es la de un grupo de vikingos, grandes y musculosos, rubios, en una fiesta, bebiendo ene cuernos en una gran mesa de madera, dentro de una sala de fiestas? Es muy acertado y totalmente equivocado a la vez; la gran ilusión vikinga ha manipulado una bebida que es una de las más antiguas y de las más importantes bebidas alcohólicas en la historia de la humanidad.

vikingo

Hidromiel: un poco de historia

Empecemos con algo básico, aunque ¿qué es, de hecho, el hidromiel? Siendo un poco holgazanes, citaremos simplemente a Wikipedia: “hidromiel es una bebida alcohólica creada al fermentar la miel con agua”. ¿Suena muy simple? Esto es porque el origen es, con casi total seguridad, el de una
fermentación espontánea observada por los humanos en la naturaleza. La evidencia arqueológica más antigua hasta hoy en día, fue encontrada en el norte de China y ¡tiene 9000 años de antigüedad! Si prefieres registros escritos, el Rig Veda indio, escrito hace más de 3000 años, habla sobre una cierta substancia tóxica “soma”, que muchos consideran que podría haber sido hidromiel; justo como la famosa bebida de los dioses griegos, ambrosía! Hasta la propia expresión “luna de miel” se supone que deriva de la antigua Mesopotamia y originalmente, significaba que después de la boda, la familia del novio proporcionaría hidromiel durante un mes (según el calendario lunar, de ahí la luna), puesto que se creía que era un afrodisíaco.

El hidromiel polaco: los orígenes legendarios

Incluso si todas esas teorías parecen demasiado lejanas, una cosa no deja lugar a dudas- la mayoría de lenguas indoeuropeas utilizan prácticamente la misma palabra: miód en polaco, mead en inglés, metten en alemán. En las lenguas románicas, la influencia del griego y el latín nos lleva a llamarla Hidromiel. No es de extrañar que encontremos hidromiel por todo el mundo euroasiático, desde la India a través del Cáucaso, hasta la cultura celta, romana y germánica. Como podéis ver, aquí volvemos a los famosos vikingos- pero ¿cómo encaja Polonia en todo esto? Los eslavos eran, por supuesto, unos apasionados del hidromiel y las tribus que fueron ancestros de los polacos actuales, no eran muy diferentes; tanto, que hasta la fundación de la primera dinastía polaca, se atribuye al hidromiel. Según la leyenda, había un pobre campesino llamado Piast cuyo hijo iba a entrar en la mayoría de edad; no tenían las provisiones necesarias para invitar a nadie a la celebración ya que a duras penas tenían suficiente para la familia. Pero cuando dos viajantes aparecieron, habiendo sido expulsado por el príncipe local, Piast les invitó a casa de todos modos y les ofreció lo poco que tenían de comer e...hidromiel. Resultó que esos extraños eran santos y multiplicaron la comida y la bebida, así que Piast pudo invitar a todo el mundo. ¡Había suficiente hidromiel para todos! Entonces, la tribu decidió que Piast debería ser el Príncipe en lugar del tirano que les gobernaba en aquellos tiempos. Así es como llamamos a nuestra primera dinastía, la de los Piast.

Muzeum Narodowe w Krakowie; www.zbiory.mnk.pl ;MNK II-a-1165;;fot. Pracownia Fotograficzna MNK

La evolución del hidromiel en Polonia

Dejando de lado las leyendas, sabemos del cierto que les gustaban mucho- desde Mieszko I quien bautizó el país (según los primeros registros escritos sobre él, su tierra estaba llena de “juego, trigo, pescado e hidromiel) hasta el último Piast, Casimiro el Grande. Y es así cómo con el bautismo del año 966, se introduce el vino, pero el clima polaco no es exactamente óptimo para el cultivo de uvas. Así que en el Mediterráneo, el hidromiel fue conocido, pero sobrepasado por el vino, ya en la antigüedad. En Polonia llevó mucho más tiempo. Incluso se convirtió en un éxito de exportación en los siglos XV/XVI. Sin embargo, no era una bebida de consumo diario, se sacaba de las bodegas en ocasiones especiales- solo los más ricos de la nobleza podían permitirse tener ese placer. Así pues empieza su declive- las guerras del siglo XVII y sobre todo, el empobrecimiento combinado con la competencia del vino (ya fuese importado de Hungría o versiones locales más baratas) y espirituosos más fuertes. A finales del siglo XVIII, poca gente bebía hidromiel. Es solo el periodo de entre guerras en el siglo XX, cuando Polonia recupera su independencia después de las particiones, cuando vemos intentos de revivir su importancia, la cual creció a principios de la Segunda Guerra Mundial. El comunismo tampoco fue el mejor momento para esta bebida considerada “aristocrática”, pero no fue completamente olvidada, surgiendo por ejemplo, en unos dibujos animados. Si ya habéis visitado Cracovia, debéis haber oído la leyenda del dragón y visto su monumento (si no es así, ¡reservad un tour ahora mismo!) Pues hay otra versión de la historia del dragón, en la que es un distinguido señor que recibe, incluso, la visita del fundador de Cracovia, el príncipe Krak, al cual le sirve hidromiel. Esto podría ser, porque en aquellos tiempos, Cracovia era una de las cuatro ciudades en las que todavía se podía encontrar una miodosytnia es decir una Hidromielería.

Los hidromieles polacos, hoy en día

Está de moda, desde hace a algún tiempo, volver al pasado e intentar recrear viejas recetas y bebidas olvidadas, un momento muy afortunado para el hidromiel. Polonia será, probablemente, considerada todavía por el público general, como la tierra del vodka (más sobre vodkas polacos en este artículo). Pero el panorama está cambiando y las hidromielerías modernas están al alza, recuperando tanto las antiguas recetas centenarias, como experimentando con nuevas. Si os encontráis en Polonia y queréis probar el hidromiel, la primera cosa que necesitáis tener es un poco de paciencia- ¡todavía no está en cada menú! El siguiente paso es mirar qué tipo de hidromiel queréis probar y normalmente encontraréis tres versiones diferentes: półtorak, dwójniak y trójniak; se pueden traducir como “una y medio”, “doble” y “triple”. Los nombres hacen referencia al contenido de agua vs. miel, de ahí que la más fuerte y dulce sea la primera (1.5 x la cantidad de agua vs miel) y la más seca, con menos alcohol, sería la última (3x la cantidad de agua vs miel). Cualesquiera que sea la que elijáis, todavía se mantiene en la variable del vino típico de 12-18%
de alcohol. La última cosa que debéis comprobar es si es pura o con aditivos- antiguamente, era habitual utilizar hierbas (entre ellas, lúpulos, que hicieron mucha carrera con la cerveza) o fruta; hoy en día, esta última es la más popular. Se recomienda servirlas a temperatura ambiente, a no ser que sea invierno- entonces podéis simplemente beberla temperada, con especies, como el popular vino caliente. Sin embargo, sea cual sea el tipo de hidromiel que elijáis, una cosa siempre se mantiene: cuando estéis en Polonia, probad el hidromiel, disfrutad su sabor y sentiros como un antiguo miembro de la nobleza.

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